La refrigeración industrial es una parte fundamental de muchas industrias, debido a que permite mantener y controlar las temperaturas bajas en espacios cerrados. ¿Cómo lo consigue? Son equipos diseñados para disminuir la temperatura de un líquido, mediante un intercambio calorífico que logra gracias a un producto refrigerante. Se trata de un sistema que resulta clave en determinados entornos industriales, como plantas de producción, almacenes y sistemas de climatización.

El principal objetivo de la refrigeración industrial es evitar el sobrecalentamiento, garantizar la eficiencia de las instalaciones industriales y preservar la calidad de los productos almacenados o producidos. Está presente en distintos campos, como puede ser:

• La industria alimentaria: conservación de alimentos, maduracón de productos, procesado de alimentos precocinados, lácteos, industrias cárnicas, etc. 
• El transporte y la distribución de alimentos: donde es clave no romper la cadena de frío para preservar las propiedades de los productos refrigerados.
• La industria médica y farmacéutica: es vital en muchos procesos sanitarios como, por ejemplo, la preservación necesaria de las vacunas entre los 2ºC y los 8ºC para su uso correcto.
• La industria química: hay procesos en los que se necesita los gases a presión a temperaturas especiales como en la fabricación de plásticos, fibras y productos químicos.
• La generación de energía: cuando la electricidad se genera a través de equipos de combustión interna, es necesario contar con sistemas de refrigeración.

Estos sistemas de refrigeración industrial no tienen nada que ver con los sistemas de refrigeración de las casas, ya que tienen que tener la capacidad suficiente de enfriar grandes volúmenes de aire y poder mantener esas temperaturas muy bajas.

¿Cómo funciona la refrigeración industrial?

La refrigeración es un proceso que se emplean en distintas industrias para enfriar y mantener, a temperaturas muy controladas, la maquinaria, los equipos y los procesos industriales.

El funcionamiento de los equipos de refrigeración industrial consiste en eliminar el calor a través de la transmitancia que se produce al colocar dos cuerpos juntos con temperaturas distintas. Para ello, es necesario que cuenten con un intercambiador de calor y una unidad de refrigración.

Tipos de refrigeración industrial

Podemos encontrar en el mercado diversos tipos de refrigeración industrial, en función del sistema de refrigeración que utilicen:

• Refrigeración por aire: es el sistema más conocido, ya que es el aparato de climatización convencional que podemos ver en cualquier espacio. Para su funcionamiento necesita que haya un intercambio calorífico entre dos aires con distinta temperatura. 
• Refrigeración líquida: en este sistema se suele usar el agua como fluido. Su nombre comercial es watercooling y se caracteriza por su capacidad de transmitir el calor a gran distancia y de forma muy efectiva. 
• Refrigeración termoeléctrica: es el sistema más empleado en la industria. Su funcionamiento se basa en la transmitancia térmica que se produce al entrar en contacto dos metales con distinta temperatura.
• Climatizadores evaporativos: muy recomendables para climatizar espacios de gran tamaño. Funcionan gracias al enfriamiento que se consigue mediante almohadillas que se saturan de agua con el fin de absorber el calor del aire que después se evaporará.
• Refrigeración por criogenia: es muy recomendable para entornos donde se exige temperaturas extremadamente bajas. Se trata de un sistema de enfriamiento muy eficiente, que emplea materiales como el nitrógeno líquido o el hielo seco para enfriar los productos de manera rápida y muy efectiva.

¿Cuánto consume un sistema de refrigeración industrial?

La electricidad es el principal recurso para un sistema de refrigeración industrial, ya que la utiliza para activar los compresores y cualquier otro tipo de motor con el que cuenta el equipo. Pero ¿cuánto consume un sistema de refrigeración? ¿qué supone para la empresa? Lo cierto, es que este consumo eléctrico puede suponer entre un 50% y un 80% del consumo total de una fábrica dedicada, por ejemplo, al sector agroalimentario.

Por ello, hoy por hoy, la eficiencia energética es clave en la refrigeración industrial si queremos obtener un óptimo servicio, sin que suponga un incremento excesivo en la factura de la luz.

Estos son los pasos que debes seguir para la mejora energética de cualquier sistema de refrigeración industrial:

1. Registra y analiza los consumos eléctricos: para generar los indicadores que permitan cuantificar el ahorro posterior. Para ello, se recomienda el uso de medidores de intensidad en cada uno de los compesores.
2. Aplica buenas prácticas para reducir el consumo energético: si incluyes la gestión energética en las tareas del día a día de los trabajadores, como por ejemplo reducir u optimizar las entradas y salidas a las cámaras de frío, notarás el ahorro de manera inmediata.
3. Conoce el rendimiento de los equipos: es fundamental conocer el rendimiento energético de toda la instalación, es decir, saber si se está haciendo bien o mal respecto al resultado obtenido.
4. Introduce innovaciones tecnológicas: pensadas para reducir la demanda de frío y minimizar el consumo eléctrico que satisfaga dicha demanda. 

5. Impulsa tu negocio con electricidad procedente de fuentes 100% renovables: en TotaleEnergies estamos comprometidos con la lucha contra el cambio climático. Por eso, te ofrecemos un suministro de energía asequible, limpia y cercana, con la posibilidad de contratar autoconsumo solar.

   
    

6. Contrata la tarifa de luz adecuada a las necesidades de tu negocio: hay industrias cuyo consumo de energía es muy alto debido a su envergadura, el tipo de actividad y el ritmo de producción. Por eso, en TotalEnergies queremos ponértelo fácil con nuestras tarifas 100% personalizadas a tu medida, adaptadas a las necesidades energéticas de tu pyme y respaldadas por un servicio de calidad. ¡No lo pienses más y anímate!